No, Narita no nos quita el sueño, que va, más bien todo lo contrario, ya que desde hace días ya hay quien sueña con ese encuentro con Narita. Claro que para ello aún quedan pasar unas cuantas horas con su primo Schiphol y una más que temprana visita a primo Findel. "Pero bueno, es que se van a ver a la familia?" se preguntará más de uno al leer tanto parentesco, pero no, no se trata de auténticos primos, ni de familia alguna, se trata simplemente, en orden inverso, de los aeropuertos que tendremos que frecuentar el próximo sábado antes de llegar a Tokio, es decir, primero Findel, aquí en Luxemburgo, a eso de las 6h30, luego Schiphol, en Amsterdan, donde descansaremos, nos pasearemos, leeremos, comeremos e incluso nos aburriremos, algo así como siete horas, para, finalmente, después de unas cuantas horas de avión con KLM, llegar a Narita, el aeropuerto de Tokio, a eso de las 9h40 horas del domingo, día 10.
Un largo viaje en busca de ese sol que parece que nace allí pero sale por Antequera. Ya veremos.
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